Cómo empezar un huerto escolar
Un huerto escolar es la manera perfecta para involucrar a los estudiantes en temas de nutrición, ciencias, matemáticas, lectura, estudios sociales y educación física, y a la vez enseñar habilidades sociales y a ser responsables. Cuando la gente piensa en un huerto escolar se imagina algo así como una pequeña granja de propiedad de la escuela con árboles de fruta, una parcela grande y los estudiantes trabajando en el huerto para cuidar las plantas y cultivar productos sin pesticidas y orgánicos que luego consumirán en el comedor escolar. Por desgracia, esta no es la realidad para muchos huertos escolares. De hecho, un huerto escolar puede ser muy pequeño y componerse de unos pocos maceteros, siempre y cuando haya un equipo fuerte de personas entregadas y con ganas de apoyar y utilizar el huerto.
Si usted es un padre o una madre, maestro o maestra, o simplemente es un miembro de la comunidad con una visión para un huerto escolar, recuerde que está bien empezar con algo pequeño y dejar que el proyecto crezca según como los intereses y necesidades vayan creciendo también. Antes de presentar su idea a la escuela, asegúrese de pensar quién usará el huerto y cómo se podría integrar en el currículo escolar, para que su idea tenga el mayor impacto posible. Piense que sus planes podrían tener que cambiar para ajustarse a las necesidades de la escuela y de los estudiantes.
La mayoría de los huertos escolares empiezan con un profesor interesado, un director, o incluso un padre. En todo caso, una persona sola no puede gestionar un proyecto sostenible de huerto escolar. La clave para el éxito es contar con un equipo fuerte de administradores, trabajadores y voluntarios. Asegúrese de que cada miembro del equipo sabe cuál es su papel en el proyecto y establezca unas vías de comunicación abiertas y directas para que todo el equipo esté siempre informado.
El paso siguiente consiste en determinar quién usará el huerto, cómo se usará y dónde se ubicará. Por ejemplo, si el huerto será usado por estudiantes de preescolar y jardín de infancia, debería ser bastante pequeño y fácil de mantener, a una altura que los niños puedan alcanzar. A los niños de cualquier edad les encanta ver cómo crecen las plantas, así que ubicar el huerto en un lugar muy visible haría que más personas se entusiasmen y se interesen en el proyecto. Los huertos de interior que usan luces especiales para el crecimiento de las plantas se pueden ubicar en áreas muy traficadas, como el comedor o la entrada principal. Los huertos con maceteros pueden incluir ruedas o pueden montarse sobre ruedas para así poderlos mover de una clase a otra, o incluso afuera. Finalmente, los maceteros se pueden plantar afuera. En este caso es importante asegurarse de que haya acceso a agua y luz solar suficiente para que las plantas crezcan. Para más información y vídeos sobre cómo empezar un huerto escolar visite: https://extension.umd.edu/hgic/topics/youth-gardening (página en inglés) .
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